ANTONIO MACHADO Y VINUESA
El encanto de estos parajes ha inspirado la obra de varios poetas, pintores y escritores. El más destacado es sin duda Antonio Machado, quien se refiere a ellos en varios poemas y en la amplia leyenda “La tierra de Alvargonzález”. Una versión fue escrita en verso:
“Llegaron los asesinos
hasta la Laguna Negra,
agua transparente y muda
que enorme muro de piedra,
donde los buitres anidan
y el eco duerme, rodea;
agua clara donde beben
las águilas de la sierra,
donde el jabalí del monte
y el ciervo y el corzo abrevan;
agua pura y silenciosa
que copia cosas eternas;
agua impasible que guarda
en su seno las estrellas...”
hasta la Laguna Negra,
agua transparente y muda
que enorme muro de piedra,
donde los buitres anidan
y el eco duerme, rodea;
agua clara donde beben
las águilas de la sierra,
donde el jabalí del monte
y el ciervo y el corzo abrevan;
agua pura y silenciosa
que copia cosas eternas;
agua impasible que guarda
en su seno las estrellas...”
Otra versión del autor de este poema, en esta ocasión en prosa, dice:
“Y lo llevan a la Laguna Negra, que no tiene, y allí lo arrojan con una piedra atada a los pies. La luna está rodeada de una muralla gigantesca de rocas grises y verdosas, donde anidan las águilas y los buitres. Las gentes de la sierra en aquellos tiempos no osaban acercarse a la laguna ni aún en los días claros...la laguna jamás devuelve lo que se traga...La maldad de los hombres es como la Laguna Negra, que no tiene fondo...”
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Pío Baroja hace referencias a la Laguna Negra en dos de sus obras. “El Mayorazgo de Labraz” de 1903:
"- No paséis junto a esa Laguna Negra.
- ¿Por qué no?
- Podíais finar allá.
- Pero ¿por qué?
- Porque es una laguna donde hay una mujer que vive en el fondo y mata al que se acerca. Todo el que mira en esa agua muere. ( )
- ¿Por qué no?
- Podíais finar allá.
- Pero ¿por qué?
- Porque es una laguna donde hay una mujer que vive en el fondo y mata al que se acerca. Todo el que mira en esa agua muere. ( )
Comenzaron Marina y el Mayorazgo a bajar el gran barranco, cubierto de nieve. De las dos lagunas, una estaba completamente helada; la otra era negra, como una mancha de tinta, y se comprendía su fama de misteriosa; parecía el ojo redondo de un monstruo. Se veía desde lo alto en el interior de un embudo, que quizás fue en otro tiempo cráter de un volcán...”
PIO BAROJA Y UNAMUNO
Otro lugar que aparece profusamente en la literatura es el Pico de Urbión. Pío Baroja hace referencias en su obra “El escuadrón del Brigante”:
“Entonces decidimos la marcha. El día anterior subimos el Pico de Urbión para orientarnos bien. Desde lo alto se veía una niebla larga que seguía el cauce del Duero; en medio de la niebla azulada se destacaba el castillo de Gormaz sobre un cerro, como una isla en medio del mar. Cerca, se abrían las gargantas de Santa Inés y el Hornillo. Hacia el lado de Aragón se erguían las masas del Moncayo y Cebollera... Muy vagamente, al este, se divisaba la sierra de Albarracín.”
Otro autor interesado en estas montañas fue Miguel de Unamuno en “Por el alto Duero”:
“Encima de Duruelo, de su pobre caserío, asomaba tras unas cumbres peladas, el Pico de Urbión, como repujado en el cielo desnudo, pelado de nubes. Levanta allí el río – que es el cauce- su raicilla más larga, su rendar caucecillo de agua que baja en las cumbres del Urbión, y al poco trecho, empieza a trabajar en los pinares.”